Durante siglos, la humanidad se ha sentido intrigada por la idea de la compañía artificial. Los rumores sugieren que, ya en el siglo XVII, los marineros llevaban en sus largos viajes por mar las primeras versiones de muñecas sexuales fabricadas con algodón y tela. En la era moderna, el panorama de las relaciones sintéticas ha sufrido una profunda transformación. Desde 2018, catalizado además por las convulsiones de la era Covid, el mercado de las muñecas para adultos ha experimentado un rápido crecimiento, fomentando una comunidad global de individuos que optan por relaciones "sintéticas". Lejos de encajar en el estereotipo de introvertidos aislados, los propietarios de muñecas desafían la categorización fácil. Proceden de entornos diversos, abarcan varios grupos de edad y ejercen distintas profesiones, desafiando las normas sociales con su aceptación sin complejos de las relaciones no convencionales. Sus casas se convierten en puertas de entrada a un mundo secreto y privado dedicado a sus muñecas; espacios ordenados y compactos llenos de accesorios, ropa, joyas, zapatos... todo lo que sus muñecas podrían necesitar si estuvieran vivas.

A pesar de la innegable importancia de estas relaciones, la mayoría se mantienen en secreto. Impulsados por el estigma social y las ideas erróneas, muchos de los que forman parte de esta subcultura se ven obligados a ocultarlo incluso a sus amigos y familiares más cercanos. A través de foros privados, blogs y redes sociales, los entusiastas de las muñecas establecen contactos, comparten consejos y celebran los entresijos de sus vidas. Estas redes en línea les sirven de salvavidas, ofreciéndoles un sentimiento de pertenencia en un mundo que a menudo no comprende su realidad.

A medida que avanza la tecnología, las muñecas del amor representan el inicio de una nueva era: la aparición de una auténtica compañía robótica. Con cada innovación, la línea que separa la fantasía de la realidad humana se difumina, dejando entrever un futuro en el que se redefinen los límites de la intimidad. "La muñeca de al lado" explora las profundas conexiones emocionales que se establecen entre las personas y sus homólogos sintéticos, revelando cómo las muñecas de compañía sirven de confidentes, compañeras e incluso de familiares sustitutos.