Thomas Mailaender

FRANCIA

Residencia InCadaqués 2022
en colaboración con MEP - Maison Européenne de la photographie
& Fundació Gala-Salvador Dalí

thomasmailaender.com

Conocido por su uso de una amplia gama de medios, como la cerámica, la cianotipia, la fotografía y el collage, Thomas Mailaender incorpora a menudo imágenes y objetos encontrados en sus obras, actualizando procesos fotográficos obsoletos como una especie de Jack of all trades, y arqueólogo de los tiempos presentes.

A través de su práctica como coleccionista y comisario, ha reunido una importante colección - "La arqueología de la diversión"- cuyos documentos ponen de relieve el propio absurdo que transmiten sus temas, la riqueza vernácula de su lenguaje y su poesía accidental.

¡Las últimas exposiciones individuales de Thomas Mailaender incluyen su primera retrospectiva en un museo europeo, "The Fun Archive" en el NRWForum de Düsseldorf, y su obra se ha exhibido en exposiciones colectivas e individuales en notables instituciones artísticas, ferias y festivales internacionales, como en el MOMA de San Francisco ("Don't! Photography" y "Art of Mistake", comisariada por Clément Chéroux), la Saatchi Gallery de Londres ("Iconoclast"), la Tate Modern de Londres ("Performing For The Camera"), el Palais de Tokyo de París ("Do Disturb") y los Rencontres d'Arles ("From Here On"). Se han publicado numerosos libros de artista sobre la obra de Mailaender y su libro Illustrated People (publicado por AMC / RVB books) fue galardonado con el PhotoBook of the Year en la edición 2015 de los Aperture Foundation PhotoBook Awards. En 2016 fue residente en la Residencia LVMH Métiers d'Art en Tanneries Roux por su proyecto 'Skin Memories'. Entre sus trabajos como comisario destacan "Hara Kiri" (Rencontres d'Arles), "Night Climbers of Cambridge" (Festival Images, Vevey) y "Photo Pleasure Palace" junto con Erik Kessels (Unseen, Ámsterdam), con quien colabora regularmente en proyectos relacionados con la reapropiación de la imagen.

- SERIE -

Horizonte de Oro - Dalí Mailaender: Un diálogo invisible

Ser el primer artista residente en la casa de Dalí fue una experiencia única para Thomas Mailaender. Siempre fascinado por la personalidad del artista y por la ciudad de Cadaqués, a la que fue de adolescente, el fotógrafo encontró en el mundo de Dalí un eco y una complicidad particulares con su propio universo. Por ello, ha llevado a cabo este proyecto con gran creatividad y entusiasmo: una investigación fotográfica tan minuciosa como peculiar e inesperada en busca del espíritu de Dalí y del surrealismo.

La conexión de Mailaender con Dalí reside principalmente en la relación del artista con lo vernáculo: el apego del pintor al pueblo de Portlligat, su atención a los objetos y elementos de su entorno, y su manera de coleccionarlos y transformarlos para magnificarlos. Así pues, en busca de huellas, el fotógrafo se sumergió, como un arqueólogo, en los archivos personales del artista. Tras recoger y documentar objetos, el fotógrafo seleccionó aquellos que mejor le recordaban el mundo personal de Dalí, su arte y su época, y Cadaqués, en relación con su propio planteamiento artístico y su experiencia de la ciudad. 

La fascinación del fotógrafo por los objetos (objetos de arte, cotidianos, elementos naturales, rarezas, baratijas, etc.), distorsionados y escenificados para monumentalizarlos, se combina con su pasión por utilizar el medio fotográfico de diversas maneras. En su trabajo, Thomas Mailaender está acostumbrado a variar de medios y técnicas. Establece protocolos que repite de forma idéntica varias veces, creando diferentes tipologías de imágenes.
Para este proyecto, utilizar película Gold 200, "la película de vacaciones por excelencia en los años 70-90", era una elección natural. Elegida por Mailaender por sus tonos cálidos y veraniegos como homenaje a Cadaqués, es también emblemática del estilo de vida de una época. En los tiempos en que las fotos de las vacaciones aún se imprimían en película, meticulosamente revelada por los empleados de las fábricas Kodak. Primero clasificadas a mano, sumergidas en baños de emulsión, secadas y examinadas en un tablero luminoso, antes de ser etiquetadas y empaquetadas para ser enviadas a sus felices propietarios... Un proceso ya obsoleto que el artista, nostálgico del pasado, utilizó como inspiración para crear sus imágenes. 

Escenificados en el interior de la casa de Dalí o en lugares emblemáticos de Portlligat, por asociación, superposición o cristalizados por la sal marina de Cadaqués, los objetos vernáculos fotografiados por Mailaender parecen cobrar vida, reviviendo el espíritu del artista y del surrealismo. 

A veces se producen errores en estas imágenes producidas por procesos repetitivos: demasiada luz que entra en el objetivo de la cámara, una película olvidada en la playa y dañada por el sol, un negativo sumergido accidentalmente en un barreño de agua de mar... Otros tantos accidentes técnicos de los que el artista hace deliberadamente un seguimiento para introducir una presencia sobrenatural, como homenaje a los fotógrafos de la Spirit Photography (también llamada Ghost Photography) del siglo XIX. Jugando con la credulidad del gran público hacia los avances técnicos en los primeros tiempos del medio fotográfico, estos fotógrafos jugaban con artefactos naturales de la cámara, como el reflejo del flash en partículas de polvo, la presencia de un objeto extraño cerca del objetivo o el reflejo de éste, para hacer creer en la presencia de fantasmas en sus imágenes. Otra fuente de inspiración que el artista comparte con Salvador Dalí.

Al final de esta residencia artística, es como si el fotógrafo y el espíritu del difunto pintor se hubieran hecho cómplices. Como si se hubiera producido un verdadero encuentro entre estos dos coleccionistas de imágenes y objetos, ambos fascinados por el juego del error y el azar. A través de estas imágenes, Thomas Mailaender entabla un diálogo invisible, fantasioso y enigmático con el fantasma de Dalí, desbaratando la técnica para engañarnos.

Texto de Lily Lajeunesse

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