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¿Qué queda de nuestra relación ancestral con la Naturaleza? ¿De nuestra conexión con nosotros mismos? ¿De nuestras esencias primigenias e intuitivas? Si ya no queda nada, si nos hemos dormido, ¿cómo podemos levantarnos y defender lo que aún queda por defender? Poética de la presencia, Aurora Consurgens - o El amanecer, levanta el velo sobre nuestras formas de formar un cuerpo, de estar en el mundo y reaviva la idea de una "conciencia superior", sutil y sensible, finalmente libre de sus ataduras.

Inspirándose en el manuscrito alquímico medieval cuyo nombre toma prestado, Lisa Boostani convoca a los elementos y nos invita a restablecer el vínculo con el mundo sensible y lo vivo, con esa naturaleza que habitamos y que nos habita. Aquí, volver a la vida, volver a ser naturaleza, significa abrazar poderosas energías primigenias, llenas de ambivalencia y oscilantes entre el miedo y la belleza. El mar, fuente de mitos y místicos, a menudo llamado "madre" y considerado como una matriz, es a la vez una energía vital, un lugar inquietante y un lugar que hay que proteger.

La roca, lugar de anclaje, sostiene el momento presente con fuerza y estabilidad, permitiendo este renacimiento tan necesario. El fuego, símbolo de purificación y transformación, remite a esa energía interior indómita, a la pira de las brujas y también a las alarmantes condiciones del calentamiento del planeta. La criatura con la cabeza cortada encarna nuestra desconexión con la naturaleza, así como el proceso necesario para la transformación.

Impulsada por la idea de que las narrativas de las que estamos imbuidos desempeñan un papel catalizador, Lisa Boostani invoca el poder de lo femenino para ofrecer sus propias mitologías, yendo a contracorriente de las normas e imaginarios dominantes. Entendiendo el desnudo como el único desnudo, anteponiendo el ser al tener; tantas invitaciones a liberarnos de elementos que casualmente nos alienan: el consumismo y el patriarcado en primer lugar. Como un grito del corazón, Aurora Consurgens nos llama a entrar en la era de una conciencia sensorial, intuitiva y salvaje; altruista y, por tanto, salvadora.

Texto de Sophie Puig