Instagram @mayamercer.studio
MAYA MERCER
ESTADOS UNIDOS
Maya Mercer es una artista francoamericana, hija del dramaturgo y guionista radical inglés David Mercer. Autodidacta como artista visual, ha vivido y trabajado la mayor parte de su vida en el norte de California, donde ha dirigido a adolescentes locales en historias visuales inspiradas en las condiciones sociales del Lejano Oeste rural estadounidense. Actualmente vive y trabaja en Carolina del Norte. La obra de Mercer se ha expuesto en galerías, museos y ferias de arte de América del Norte y Europa. Sus exposiciones recientes incluyen “printing futures”, comisariada por Gerhard Steidl como parte de Documenta fifteen (2022) y las Rencontres de la Photographie de Arles (2023). El libro Parochial Segments será publicado por Steidl Verlag en la primavera de 2026.
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CULT
En Cult, Maya Mercer se adentra en un estado de ánimo en el que el realismo mágico, ansioso e incluso delirante, impregna tanto el tema como la mirada. Las duras inocentes que Mercer ha estado documentando y celebrando, las adolescentes inadaptadas nacidas y condenadas a una existencia casi salvaje, aparecen aquí como devotas de otra fuerza poderosa y aparentemente panóptica, un líder de culto, invisible en las fotografías, que mantiene prisioneras a estas niñas/metáforas sin cerrar una puerta y las explota tanto por negligencia como por mandato.
De hecho, la ausencia de esta figura de culto sugiere que él (o ella a ellos) puede ser un producto de la imaginación de la chica, una deidad de fantasía o un sumo sacerdote ausente que abusa de su rebaño con indiferencia. Ellas proporcionan la pasión. Ellas proporcionan la devoción. Sus metamorfosis, tan vívidas como escuálidas, son, por lo que sabemos, autoinducidas.
El culto no se refiere sólo al fenómeno social del cultismo, sino también al estado psicológico de creencia irracional y, en última instancia, abnegada, la mentalidad que engendra y sostiene los cultos, incluido nuestro llamado sistema de sociedad.
La pequeña "sociedad" que estas chicas sectarias tejen para sí mismas sólo refuerza su dependencia y su renuncia a toda autonomía, impulsadas por el miedo, a un "poder superior", incluso cuando ese poder está totalmente fuera de escena, fuera de nuestra vista y aparentemente también fuera de la suya. Esta es una de esas historias de terror en las que el verdadero horror no está en la puerta, sino en el interior de la vivienda, de hecho, en lo más profundo de sus víctimas. Y nosotros podríamos contarnos entre esas víctimas: si no fuera por la gracia de un dios mucho más bondadoso, ¿allí iríamos?
- Peter FRANK, Los Ángeles.