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Paolo Manzo

ITALIA

Paolo Manzo es un fotógrafo afincado en Nápoles (Italia) y formado en fotografía allí y en el "IED" (Instituto Europeo de Diseño) de Roma. El deseo de conocer y contar las historias de los suburbios napolitanos surgió durante su adolescencia cuando, volviendo a casa en coche con sus padres, cruzó una carretera periférica de la zona este de Nápoles. Sacando la cabeza por la ventanilla del viejo Fiat Panda 750 de su padre, se detenía a contemplar un grupo de altos edificios de hormigón armado, fantaseando sobre la vida de sus habitantes y preguntándose si experimentaban las mismas dificultades que su familia. De esos recuerdos de infancia y de sus experiencias viviendo en los suburbios nació el deseo de documentar las zonas más difíciles, como las del noreste y el oeste de Nápoles. Desde 2012, a través de su fotografía, documenta la metamorfosis territorial debida a la migración de las víctimas del terremoto de Irpinia de 1980 a las zonas periféricas de Nápoles.

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La ciudad invisible

"La città invisibile" (La ciudad invisible) es un proyecto fotográfico que explora las profundas raíces de los problemas sociales, económicos y culturales que asolan la ciudad de Nápoles. Llevo años documentando las consecuencias y los efectos negativos de políticas ineficaces y de la falta de intervención institucional. El objetivo de mi trabajo es mostrar el lado oscuro y dramático de la desigualdad económica, la injusticia social y la segregación urbana. He intentado contar las historias de personas que luchan por sobrevivir en las zonas más marginadas, como Afragola, Caivano, Ponticelli, Secondigliano, Torre Annunziata, Pianura y Scampia. Todos ellos son barrios que surgieron tras el terremoto de 1981, acogiendo a personas desplazadas del centro de la ciudad. Las prácticas abusivas de construcción han hecho de estos lugares el hábitat natural de una vida precaria y violenta, condenada a la pobreza, la degradación, las armas y las drogas. Nápoles resulta ser una de las ciudades italianas con mayor índice de delincuencia del mundo, donde la pobreza educativa es un problema creciente y el número de jóvenes NEET (que no trabajan, no estudian y no reciben formación) va en aumento. Las oportunidades de los jóvenes están estrechamente ligadas a las condiciones económicas y culturales de sus familias, y el entorno suburbano aumenta el riesgo de abandono escolar prematuro y de implicación en actividades ilegales, creando una sensación de precariedad que alimenta un círculo vicioso y empeora las condiciones de los implicados. En un momento en que las raíces mismas del fotoperiodismo están siendo cuestionadas por las nuevas tecnologías, mi proyecto "La ciudad invisible" pretende reforzar la narrativa fotográfica como relato auténtico de situaciones concretas.

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