La obra de Richard Pak, organizada en series o episodios, está construida empíricamente, sin dogma ni programa, y sin sistematicidad. Sin embargo, como ocurre con cualquier artista, es evidente que el conjunto de su obra se estructura en torno a grandes conceptos y a una investigación formal adaptada. Así, Richard Pak ha desarrollado su propio "camino" de forma más o menos intuitiva. No hay efectos, sino una relación entre cuerpos, olvidando la propia presencia para revelar la existencia del otro. Es la idea misma de la fotografía, que se explora sin una fachada de coherencia estilística ni un proceso invariable que justifique un aval estético. Aquí se impone el realismo, allí el simbolismo y en otros lugares la metáfora. Ya se trate de un enfoque experimental y plástico, clásico y documental, sociológico y de ficción, Richard Pak hace valer su libertad de expresión. Porque lo que está en juego es subterráneo, en lo más profundo de lo que conforma su representación del mundo: el sentimiento oceánico, la modernidad tardía, el poder de las emociones y la encarnación a través de las imágenes. La necesidad de ver la vida para existir.
Texto de Michel Poivert