A los 12 años empezó a fotografiar en blanco y negro junto a su hermano. Su hermano recibió su primera cámara Nikon y un cuarto oscuro cuando ella tenía 12 años. El cuarto oscuro se convirtió en su espacio experimental, donde utilizaba hojas, tijeras, cuchillos, tenedores e incluso muñecas para crear sombras sobre el papel.

Al crecer, se sumergió en el estudio de artistas como Dalí, Man Ray y otros. A los 22 años, tras estudiar teatro, se traslada a Cadaqués y se dedica plenamente a la fotografía, inspirándose en Duchamp, Max Ernst, Dalí, Man Ray y los movimientos surrealista y dadaísta.

Desde entonces, se ha embarcado en un viaje artístico, capturando el mundo a través de la lente del surrealismo y el dadaísmo, ampliando constantemente los límites de su arte.