Kurama es un artista misterioso, incluso místico", escribió Henri Robert (PEN Magazine) sobre el fotógrafo Kurama. De hecho, se sabe muy poco públicamente sobre él (ella), aparte de que nació en la década de 1960 en el seno de una familia multiétnica y ha vivido en distintos países asiáticos y occidentales. Gran parte de la práctica fotográfica de Kurama está dedicada a los tabúes y censuras sociales asociados a la sexualidad y la libertad sexual de la mujer, temas que Kurama retrata con erotismo, ofreciendo una clara inmersión en su embriagador universo. 

Kurama es licenciada en Artes Plásticas en la especialidad de grabado. Su obra no se limita a la fotografía en gelatina de plata, ya que el artista también ha experimentado con la serigrafía y la litografía como métodos de impresión alternativos. 

Las exposiciones anteriores de Kurama se remontan a finales de los ochenta y principios de los noventa, con muestras en Estados Unidos (Chicago, Nueva York, San Luis), Osaka (Japón) en la galería JUJIRU y, a finales de los noventa, en Buenos Aires (Argentina). No fue hasta 2004 cuando resurgieron sus obras, esta vez en Taipei Taiwán, mostrando sus grabados en gelatina de plata de elefantes y trabajadoras sexuales esclavas de Tailandia. En estas imágenes, Kurama pone de relieve la paradoja entre la veneración de los elefantes en el budismo Theravada y su explotación laboral y turística en los países del sur y el sudeste asiático, así como el conflicto entre el culto a las mujeres en Tailandia, consideradas deidades religiosas y que, sin embargo, viven en su mayoría como trabajadoras del sexo.  

Esta exposición dio lugar al libro Elephant, publicado en 2016 por in)(between gallery Paris. Las exposiciones más recientes datan de 2016 en la Zurcher Gallery de Nueva York, y de 2017, 2018, 2019 en in)(between gallery París.