Céline Pujol

FRANCIA

Céline Pujol es una artista polifacética. Tras estudiar Historia del Arte y luego Estética del Cine en la Sorbona, Céline se pasó al teatro y se formó en varios cursos prestigiosos como el Cours Florent, Pygmalion o con Jack Waltzer del Actor Studio. Se unió a la compañía teatral "Il Corpo del Teatro", inspirada en el método de Grotowski que reconecta con la esencia más profunda y permite redescubrir el impulso arcaico y original. Dado que el teatro corporal se basa en un movimiento sutil y orgánico a la hora de expresar la emoción, es naturalmente a través de la danza contemporánea como Céline prosigue su investigación y exploración con coreógrafos como Dimitri Chamblas, Anna Wehsarg de la compañía Pina Bausch o Nadia Vadoori-Gauthier, creadores del movimiento auténtico. Tras haber actuado en el Festival de Avignon, en el Théâtre de la Ville de París y en Luma de Arles, ahora se dedica a proyectos más personales presentados en diversas galerías de arte contemporáneo y festivales. Autora de performances y cortometrajes con lo íntimo como tema recurrente, expresa un impulso vital y sensible, utilizando cuerpo/voz, danza/poesía, reinterpretados aquí a través del medio fotográfico.

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EN MI BOCA

EN MI BOCA

La boca como entrada al deseo, al placer, al arrebato y a la risa, o como receptáculo de un beso.

La comida y las palabras se llevan a la boca. Boca cerrada, boca a boca, palabra a palabra, delicadamente rozadas o engullidas; las palabras o la deliciosa comida dan paso a una discusión entre uno mismo y el cuerpo. Los estudios psicoanalíticos de Freud y Lacan han establecido un paralelismo entre la sexualidad y la comida. Su teoría incluye la noción de "pulsión escópica", que implica el placer de mirar y suscita el deseo de ver, encarnado aquí por una boca simbólica, casi totémica, que magnifica la oralidad.

Una boca sin rostro, viva y apasionada, que nos observa sin que podamos traspasar su mirada, ni identificar lo que reconocemos. Nos interroga sobre el lugar que se concede a la necesidad, así como al placer experimentado.
Nuestra sociedad contemporánea, impregnada de seducción e impulsividad, traduce cierto exceso en hiperindividualismo. La boca sola, que habla, ríe, traga y besa, es una poderosa encarnación de ello, y también aparece como protagonista de la expresión de un movimiento arcaico y primordial. El proceso aislado de la boca que se convierte en sujeto cuestiona la posición que puede otorgarse a la llamada mujer "objeto". Todo el mundo puede devorar con los ojos, alimentarse según la abundancia, y también tener la sensación de ser devorado por el otro. Llenarse absolutamente, o ser presa de la sensación de vacío inexorable.

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