Los subconscientes son formas abstractas que hablan un lenguaje tan natural para el ser humano como misterioso: el lenguaje del subconsciente. Tomo una historia existente y la convierto en otra mediante un acto de fe intuitiva en lo desconocido. Estas imágenes se crean tomando diferentes trozos de película negativa u objetos, mezclándolos y proyectando luz sobre ellos para crear nuevas realidades. Sin saber nunca realmente lo que saldrá por el otro lado, estas formas son formas del subconsciente. La imagen se siente más que se planifica.

Se trata de un proceso más cercano al sueño, ya que los sueños son esencialmente nuevas realidades creadas por nuestra propia realidad. Los paisajes oníricos son el lugar donde nuestro subconsciente toma los fragmentos de nuestras experiencias de vigilia y los recompone en nuevas narraciones, a menudo surrealistas. De este modo, los sueños se convierten en un patio de recreo para la imaginación, un espacio donde las reglas de la realidad se doblan y se remodelan. Nos permiten explorar posibilidades, enfrentarnos a nuestros conflictos internos y experimentar un mundo que, aunque nacido de nuestra mente, nos resulta familiar y a la vez totalmente nuevo.

Estos subconscientes son una exploración visual de esta interacción, una invitación a ser testigos de las capas ocultas de nuestro mundo interior.