Nacida en Alemania, Friedman se trasladó a Berlín en 1974, donde rápidamente se convirtió en una figura clave de la vibrante escena artística de la ciudad. En 1976 conoció y se enamoró del cantante estadounidense Iggy Pop, que acababa de trasladarse a Berlín con David Bowie en un intento de escapar de su agitación personal y artística. En el número 155 de la Hauptstrasse, donde vivían en el barrio de Berlín-Schöneberg, un distrito rico en cultura de inmigrantes turcos, Friedman documentó la fascinante vida nocturna de aquellos años, inspirándose en el ambiente decadente de la ciudad y sus ecos de la República de Weimar. Sus imágenes, extraídas de sus archivos personales, captan las transformaciones sociales que definieron aquella época.

Las fotografías de Friedman destacan no sólo por su importancia histórica, sino también por la profunda conexión personal que revelan entre la artista y su sujeto. Después de casi 50 años, estas imágenes se exponen por primera vez en Cadaqués, ofreciendo una rara visión del ambiente berlinés de finales de la década de 1970.