Graphset x Amandine Besacier
FRANCIA
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Instagram @amandinebesacier
En colaboración con @fisheye_gallery
Mikkael Doczekalski reside y trabaja en París como Graphset desde 2007. Graphset abarca un amplio espectro del diseño gráfico y las artes digitales, desde el material impreso al motion design, pasando por el diseño espacial y la escenografía. Su producción creativa se ve enriquecida por una formación académica y profesional poco convencional. Formado inicialmente en técnicas de sistemas automatizados, inició su carrera en el ámbito de la robótica industrial. Esta experiencia alimentó su sensibilidad gráfica y su metodología de trabajo, que más tarde tradujo en un enfoque creativo al ingresar en la Escuela de Bellas Artes de Cergy en 2002.
Amandine Besacier nació en 1988. Graduada en la promoción de 2011 de la escuela de fotografía Icart Photo, actualmente ejerce su profesión de fotógrafa entre París y Los Ángeles. Defensora de la fotografía de gran formato, domina por igual la película analógica negativa y positiva, así como la fotografía instantánea Polaroid. Elige colaborar con jóvenes adultos y centra su trabajo en la fase de transición entre la adolescencia y la edad adulta. Además, es miembro del estudio Hans Lucas desde junio de 2016.
- PROYECTO -
Céphéide, fosforescencia programada
Fabricada por el artista Graphset, la máquina Céphéide puede parecer, a primera vista, profundamente digital en su construcción. Sin embargo, tras los algoritmos y el zumbido de los motores, bajo su apariencia de cortadora láser vertical, se esconde la magia de la tierra, un misterio orgánico: la fosforescencia.
Píxel a píxel, los electrones del pigmento fosforescente se energizan, reemitiendo la imagen que se les dicta. La primera imagen que aparece inicia un lento ciclo de desvanecimiento y excitación de la materia luminosa. La imagen efímera en desaparición entabla un diálogo con la que emerge, antes de ceder graciosamente su lugar.
La delgada línea que separa las imágenes latentes (analógicas) de las fugaces (digitales) se difumina a medida que avanza el escaneado.
Al descubrir Céphéide por primera vez, Amandine Besacier sintió una atracción inmediata. La fotógrafa, cuyo trabajo analógico ya exploraba los límites de la emulsión y el tenue vínculo entre la imagen fija y la cinematografía, quería dar vida y muerte a sus imágenes de "damiselas en apuros" en fosforescencia, en polípticos entrelazados de retratos fugaces.
Para experimentar este curioso ballet, el espectador se sumerge en la oscuridad. Esta oscuridad, que fue un componente esencial e inherente de la experiencia y la posibilidad fotográficas durante más de un siglo, nos resulta ahora cada vez más ajena. Cámara oscura, cuarto oscuro, sábanas arrojadas sobre las cabezas de los fotógrafos... En la década de 1990, la fotografía se despojó de su oscuridad cuando el papel fotográfico dio paso a las pantallas. La fotografía ya no se origina en la oscuridad, y todas las sensaciones asociadas a domar la oscuridad se perdieron. La pupila se contrae. Ya no nos topamos con los rincones del cuarto oscuro, ya no nos basamos en el tacto, el oído y el olfato para producir una imagen. La imagen latente, nacida de la oscuridad, desaparece con ella. Céphéide reintroduce esta sensación en el corazón de la experiencia fotográfica digital.
El proceso es imperfecto, monocromo, perecedero, con baja definición y reducida legibilidad, que recuerda al papel salado, la impresión al carbono o las polaroids que, en su momento, resonaron como formas de arte fotográfico. Sin embargo, es la transformación de la realidad por Céphéide, dentro de toda su mecánica digital, lo que la hace fascinante.
En la encrucijada de lo digital y lo tangible, Amandine Besacier y Graphset nos invitan, en la oscuridad, a redescubrir la fragilidad y la imperfección del proceso fotosensible.