Noé Sendas (nacido en Bruselas, 1972, vive y trabaja en Berlín) comenzó a presentar su obra a finales de los noventa. Recurre a diferentes medios de expresión: vídeo, escultura, collage, dibujo y fotografía. Las referencias explícitas e implícitas a artistas y creaciones literarias, cinematográficas o musicales forman parte de su materia prima.

También pueden añadirse a su repertorio preocupaciones específicas sobre la reflexión y la práctica de las artes visuales. Entre ellas: el cuerpo, como entidad que es simultáneamente teórica y material; los mecanismos de percepción del observador; o el potencial discursivo de los métodos expositivos. Como resultado, la obra del artista belga afincado en Berlín resulta extrañamente inquietante. Sus imágenes, basadas en referencias cinematográficas y literarias, muestran figuras fantasmales e inquietantes cuyas cabezas y extremidades parecen invisibles, o que parecen fundirse con muebles o paredes. Se trata de una obra fascinante, que sigue los temas de la abstracción y el borrado parcial del cuerpo humano a través de la fotografía explorados por los siempre presentes titanes John Baldessari y Guy Bourdin, y el menos conocido pero igualmente brillante escultor estadounidense Robert Gober. También es una especie de contrapunto a la subversión contemporánea de John Stezaker, que se apropia mediante collages de las fotos de Hollywood, con resultados muy diferentes, pero que se deleita desfigurando a los que fueron grandes ídolos de la pantalla.