La revolución en curso en Líbano

La revolución comenzó en Líbano el 17 de octubre de 2019. Desde entonces, todo ha sido emocional y físicamente agotador y confuso, pero también hermoso, triste y despertador. Todo se siente como si estuviéramos saliendo de una relación abusiva y para finalmente decir: No, esto no es normal. Cuando empezó la revolución en Líbano, lo más natural para mí fue coger mi cámara y salir a la calle. La fotografía siempre ha sido mi forma de participar en la vida, como lo es hoy mi forma de participar en la revolución. En el contexto sociopolítico actual, me parecía que no había elección: el tema de mi fotografía se me imponía. Era más una cuestión de necesidad que de deseo. El lento documentalismo que normalmente constituye mi enfoque fue sustituido de forma natural por otra cosa, algo nuevo, y dentro de la revolución me dejé llevar por la gran ola que venía hacia mí, una ola mucho más grande que yo. Mi proyecto consiste en documentar las diferentes facetas de la revolución libanesa desde un punto de vista local. Mi enfoque se caracteriza por el flash directo que utilizo en este proyecto pero también en otros. Esto proviene potencialmente de mi necesidad de hacer las cosas reales. El flash directo también me ayuda a trabajar las texturas, los cuerpos y las pieles. En el contexto de la revolución, la proximidad entre los cuerpos dice mucho de la situación. Es la primera vez que reivindicamos nuestros espacios públicos, nuestras calles, nuestro país. Es la primera vez que diferentes clases sociales se mezclan en las calles. En nuestras calles.Paralelamente a la documentación fotográfica, también estoy documentando la evolución de mis emociones durante la revolución. Es una especie de diario que acompaña a las fotos. Ejemplo: Lunes, 20 de enero Beirut, Líbano Esta noche, entre los gases lacrimógenos, he hecho todas mis fotos con los ojos cerrados. Dicen que el momento de una foto es un apagón. Me pregunto si si no miro estas emociones, ¿desaparecerán?