Alain Schroeder

BÉLGICA

Instagram @alainschroeder

El fotógrafo belga Alain Schroeder (nacido en 1955) lleva más de tres décadas trabajando en el sector. Durante su etapa como fotógrafo deportivo en los años 80, sus imágenes aparecieron en más de 500 portadas de revistas. Le siguieron encargos de libros y editoriales de temas tan diversos como viajes, arte, cultura e interés humano, y en 1989 cofundó la agencia fotográfica belga Reporters.

En 2013, cambió de aires y cedió sus acciones en Reporters para dedicarse a viajar con una cámara. Ahora Schroeder viaja por el mundo fotografiando temas sociales, personas y su entorno. "No soy un fotógrafo de una sola toma. Pienso en series", dice y añade: "Me esfuerzo por contar una historia en 10-15 fotos, captando la esencia de un instante con un sentido de la luz y un encuadre perfecto".

Sus fotografías han ganado numerosos premios, entre ellos tres primeros premios World Press Photo en 2018 y 2020.

- SERIE -

Kid Jockeys

Kid Jockeys

Indonesia, isla de Sumbawa. Las carreras de caballos, antaño un juego entre vecinos para celebrar una buena cosecha, fueron transformadas en el siglo XX por los holandeses en un deporte para espectadores, con el fin de entretener a la alta sociedad y la nobleza. Las características únicas de las carreras de Sumbawa son los caballos, notoriamente pequeños, y los intrépidos niños jinetes, de entre 5 y 10 años, que montan a pelo, descalzos y con escaso equipo de protección, corriendo a velocidades de hasta 80 km por hora. Su única protección es el " Sandro ", un curandero espiritual que protege a los jóvenes jinetes realizando elaborados rituales y guiándoles en el entrenamiento. El Maen Jaran (nombre indonesio del juego) se celebra durante importantes festivales y fiestas a lo largo del año en hipódromos de toda la isla y sigue siendo uno de los pasatiempos favoritos de los sumbawenses. Las reglas han evolucionado, los caballos se clasifican ahora por edad y altura, pero los niños jinetes siguen arriesgando sus vidas por entre 3,50 y 7 euros por montura, a menudo corriendo 5 ó 6 veces al día durante una semana, empujados por padres y familiares ante las ganancias potenciales que superan con creces los escasos rendimientos de las cosechas, a menudo azotadas por la sequía.

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Céline Villegas